La obra de Sagnier se enmarca en la Barcelona de finales de siglo XIX y principios del XX, la época del Modernismo, en la que es produce un gran auge en la construcción, Tanto de edificios restaurados oficiales y religiosos como de Ámbito privado, destacando los Grandes Mansiones señoriales construidas por la burguesía catalana, que es beneficia de una época de gran esplendor económico, debido sobre todo al comercio con los asentamientos españoles en América y Filipinas. Coincide ASIMISMO con la época de Renacimiento de la cultura catalana (Renaixença), que lleva a la revalorización del Pasado cultural catalán, sobre todo de época medieval.